lunes, 24 de febrero de 2014

Primavera

Escrito un 26 de Marzo de 2007, día de mi cumpleaños Los días largos, el color lila y la jacaranda brotando. Las mariposas volando, y los pájaros cantando. Las noches refrescan, la luna te observa y las estrellas te iluminan. en la mañana la brisa rosa tu cara, el sol te abraza, y mi corazón te levanta, cierra tus ojos respira profundo y en un instante estarás ahí.

domingo, 9 de mayo de 2010

En tiempo y espacio

En tiempo y espacio estas,
en la brisa de la mañana,
el sol de medio dia,
en la sonrisa de cada dìa.


En tiempo y espacio estas,
en la lluvia de la tarde,
en la luna llena,
en el sueño de esta noche.

En tiempo y espacio estas
en la estrella lejos de mi
en ese universo,
que con el pensamiento
muevo para estar junto a ti.

martes, 27 de abril de 2010

Ven

Ven a mis sueños,
para sentirte a mi lado,
ven a mis sueños,
robame la razón.


Vuela en mi sueños
sobre el mar,
rumbo al sol,
de tu corazón.

Navega en mis sueños,
susurra tu voz,
para ver la luz
de tu interior.


ven a mis sueños,
embriagame de paz
y pasión.

ven a mis sueños,
rociame de miel,
de tu piel.

Ven,
observa,
como se juntan,
el mar y el sol.

lunes, 26 de abril de 2010

Soñar

Soñar contigo,
es pensar en ti, cuando el sol
de la mañana toca mi cara.
soñar contigo,
que sea la primera sonrisa y emocion de las 11
de la mañana cuando te veo.

Soñar contigo,
el que inspire mi trabajo
el que me Haga ser Mejor Cada Dia
que me haga reir, llorar
y amar
soñar contigo
es una tarde de lluvia
hacia tu casa,
con platicas intermninables

Soñar contigo,
es tener que aprender
mas de ti.
soñar contigo
es despedirse en la noche y
saber que
volvere a Soñar Contigo.

Julio Cesar Castillo Cañedo
Espero sus comentarios
En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen
sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte
en esta soledad sin paredes
al tiempo que huyeron los ángulos
en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre
para salir en un momento tan lento
en un interminable descenso
sin brazos que tender
sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible
sin más que una mirada y una voz
que no recuerdan haber salido de ojos y labios
¿qué son labios? ¿qué son miradas que son labios?
Y mi voz ya no es mía
dentro del agua que no moja
dentro del aire de vidrio
dentro del fuego lívido que corta como el grito
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
como el hielo de vidrio
como el grito de hielo
aquí en el caracol de la oreja
el latido de un mar en el que no sé nada
en el que no se nada
porque he dejado pies y brazos en la orilla
siento caer fuera de mí la red de mis nervios
mas huye todo como el pez que se da cuenta
hasta ciento en el pulso de mis sienes
muda telegrafía a la que nadie responde
porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.

Javier Villarrutia
Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses;
que se pierda
tanto increíble amor.
Que nada quede, amigos,
de esos mares de amor,
de estas verduras pobres de las eras
que las vacas devoran
lamiendo el otro lado del césped,
lanzando a nuestros pastos
las manadas de hidras y langostas
de sus lenguas calientes.

Como si el verde pasto celestial,
el mismo océano, salado como arenque,
hirvieran.
Que tanto y tanto amor
y tanto vuelo entre unos cuerpos
al abordaje apenas de su lecho se desplome.

Que una sola munición de estaño luminoso,
una bala pequeña,
un perdigón inocuo para un pato,
derrumbe al mismo tiempo todas las bandadas
y desgarre el cielo con sus plumas.

Que el oro mismo estalle sin motivo.
Que un amor capaz de convertir al sapo en rosa
se destroce.

Que tanto y tanto amor, una vez más, y tanto,
tanto imposible amor inexpresable,
nos vuelva tontos, monos sin sentido.

Que tanto amor queme sus naves
antes de llegar a tierra.

Es esto, dioses, poderosos amigos, perros,
niños, animales domésticos, señores,
lo que duele.


Eduardo Lizalde

Epitafio para la tumba de un poeta

Toqué la creación con mi frente.
Sentí la creación en mi alma.
Las olas me llamaron a lo hondo.
Y luego se cerraron las aguas.

José Hierro